viernes, 27 de julio de 2018

Evelyn McHale: el suicidio más hermoso del mundo.

Es el 1 de mayo de 1947 y Evelyn McHale, una joven de 23 años entra en el Empire State de Nueva York y compra un billete para el mirador de la planta 86, entra en el ascensor, y al llegar éste a la citada planta, se arroja al vacío. 




De esta forma tan sencilla puso fin a su vida una muchacha que hasta ese momento había tenido una vida completamente normal y que acababa de comprometerse con su novio. Sin embargo, Evelyn ignoraba que el suyo iba a ser un suicidio completamente diferente al de todos los que hasta la fecha se habían perpetrado desde el conocido rascacielos.

McHale cayó sobre una limusina Cadillac de las Naciones Unidas que se haya aparcada en la calle 34th West, y Robert Wiles, un estudiante de fotografía que casualmente se encontraba en la zona corrió con la multitud hacia el lugar donde se había oído el impacto. Impresionado, Wiles no pudo hacer más que agarrar su cámara y tomar una de las imágenes más tragicamente hermosas de la Historia. La pose, el gesto, la expresión serena del rostro, y hasta la aboolladura en el techo del vehículo crearon una instantánea digna del mejor estudio de cine de la época.




Poco se supo de los motivos del suicidio. La Policía interrogó a la familia y al prometido de la joven sin extraer grandes conclusiones. El novio declaró que la había visto el día anterior, que se había despedido de ella en la estación y que no había notado nada raro, que Evelyn se había comportado "como cualquier chica a punto de casarse".

Sin embargo, no pasó mucho tiempo hasta que se hiciera un triste hallazgo.


Minutos antes de lanzarse al vacío Evelyn había hecho una corta parada en el hotel Governor Clinton, entre la 31th Street y la 7th Avenue, a pocas manzanas del Empire State. Allía había escrito una pequeña carta de suicidio que decía:


"No quiero que nadie dentro o fuera de mi familia vea alguna parte de mí. ¿Podrían destruir mi cuerpo quemándolo? Les ruego que no me hagan ningún funeral o ningún tipo de ceremonia. Mi novio me pidió casarnos en junio. No creo que pueda ser una buena esposa para nadie. Él estará mucho mejor sin mí. Díganle a mi padre, que tengo muchas de las tendencias de mi madre."

Si bien las razones de su muerte siguen siendo un misterio, por lo experesado en la última frase de la nota, se cree que Evelyn llevaba años arrastrando una depresión con tendencias suicidas que no pudo reprimir por más tiempo.

Sea como fuere, la familia cumplió con su última voluntad y Evelyn McHale fue incinerada, sin tumba, y sin ceremonia religiosa. Un triste final para una mujer guapa y sana, que fingía llevar una vida en apariencia feliz. Una triste historia que, contrariamente a lo que quería su protagonista, ha pasado a la Historia gracias a una de esos caprichos del destino, la historia de una fotografía: el suicidio más hermoso del mundo.

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